lunes, 2 de marzo de 2009

¡Ayudenme, Ayudame!


Nuevamente aquí estuve, protagonizando una escena de mi vida, en la cual representé de forma maximizada lo que en lo cotidiano minimizo, pero que vivo y siento profundamente.
Una escena que exploró mi necesidad de apoyo y mi imposibilidad para solicitarlo y aún mas para permitirme recibirlo. Y es que por lo general, me dedico a “levantarme sola” y en el proceso me “caigo”. Esbozando una petición confusa temiendo ser escuchada, por ello se vuelve tenue. Me enojo si no la recibo, sin embargo me paralizo y retiro si alguien pretende ofrecerla.

Hasta que justo a través del psicodrama , aparece el grito desesperado que viene desde lo mas profundo, “!AYÚDENME! AYÚDAME! ” Permitiéndome así reconocer y vivenciar la posibilidad de pedir con fuerza y obtener intensamente, pero con el espacio requerido para no llegar al extremo de asfixiarme.

Adriana Carranza Espinosa

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